Las exequias de CAP sirvieron a los adecos para:

lunes, 29 de marzo de 2010

Breve breviario de alienación y fetichismo en Barinas

Barinas, tierra llanera caminos de palma y sol, como lo pregona Tarife, vive una explosión de prosperidad y abundancia. Obras de infraestructura y un entramado socialista de instituciones benefician al pueblo y, un poco al desgaire, un poco al desgarriate, mejoramos sustantivamente nuestra calidad de vida. Y aunque las viudas del escualidismo sigan en el llantén mientras se forran de billete todo, TODO, se lo debemos al camarada Comandante Chávez, es decir, a la Revolución.

Pero a este noble pueblo, con una tradición ancestral de opresión y luchas libertarias, ha llegado ese “caballito que llaman progreso”. Ha estallado la abundancia y se instalan presurosamente las catedrales del consumismo bobalicón con su promesa de traer a la Tierra el Reino del Dios Capitalista. ¡Llegan los centros comerciales! y con ellos los comportamientos burguesoides.En dichas fortalezas neomedievales priva ya el sentimiento de lo exclusivo, que es una manera elegante de llamar a lo excluyente. Si usted tiene la condición de ser del pueblo, con un fenotipo tirando a pollo o a gallina piroca, pronto se le acercará un malencarado guardián para espetarle:-¿El “suidadano” a dónde se dirige? Se reserva el derecho de admisión.No importa que cuente con los bolívares fuertes que justifican sus compras, ni siquiera si está forrado de cobres. Su pinta lo delatará como un inaceptable tierrúo a los ojos de los catires y catiras naturales u oxigenadas que pululan en estos centros y que, curiosamente, son dueños de los establecimientos comerciales.

En los restaurantes conseguirá cualquier cantidad de frutas exóticas para su batido o merengada: albaricoques, duraznos, manzanas, dátiles. Ni se le ocurra pedir un preparado con mango, greifrú o naranja agria, porque aunque se pierdan en nuestros campos, el mesonero le dirá que no hay. El “coldonblú de pollo” abunda como la verdolaga y las hamburguesas de McDonalds cumplen su promesa de envenenarnos. ¿Coporo frito o sudao? ¿Picadillo de carne seca? ¿Pisillo de chiguire? Ni pa´remedio, pariente.Los locutores y locutoras de radio hablan como pollos roncos y, si son jóvenes, quieren parecerse a cualquiera de los jipatos que aparecen en MTV. Los niños de papá exhiben sus rústicos vehículos ensuciados a juro, mientras son admirados por unos pobres de solemnidad que sin ser ricos fingen serlo. El set de esta película es usualmente una licorería que embrutece con aguardiente a la juventud saltando a la torera leyes y ordenanzas.

En salones de fiestas con alcurnia de anime, sincopadamente bailan “la hora loca” disfrazados de paltó con 40 grados de temperatura, en fiestas que nunca llegarán a la revista Hola.El vallenato adquiere el estatus de música criolla por obra y gracia de los “cidiceros” que difunden a precio de gallina flaca su mensaje alienante. La misma música llanera es contaminada por una fiebre de por vender a toda costa que convierte a cantantes llaneros en exponentes del afeminamiento, babosería e incultura. Aunque todavía y gracias a Dios, la poesía del llano sale de gargantas auténticas.En los barrios, donde gente pobre ha saltado virtuosa o viciosamente a la clase media, las perversiones del fetichismo horadan la ética de la solidaridad: padres se sacan las tripas para comprar zapatos extranjeros de marca, guayas de oro relumbran los cuellos de obreros.El propósito es miserable: pretender una sofisticación oligofrénica y demostrarle al prójimo que tienen billete.

Los ricos fraguados en la satrapía puntofijista olvidan a Zamora y Santa Inés. Veneran la oligarquía de Páez y pagan salarios de miseria a empleados esquiroles. Perpetúan la desigualdad en decorados de plástico y oropel. Mientras se quejan de la inseguridad construyen alcabalas en las urbanizaciones que los protejan de los ladrones. ¿O será que esas rejas nos protegen de ellos, los verdaderos ladrones? ¿Será que en un arranque de conciencia deciden autoencarcelarse?

Citamos para finalizar el diálogo jamás entablado del camarada Raúl Crespo:¿De dónde sacó tu padre su fortuna?De mi abuelo.¿Y de dónde la sacó tu abuelo?De mi bisabuelo.¿Y de dónde la sacó tu bisabuelo?La robó.Conciencia, conciencia, conciencia. Que no desmayemos para combatir la frivolidad. Vamos ganando, palmo a palmo, frase a frase, grito a grito, la guerra contra la injusticia. No volverán. ¡Pero coño, despierten la conciencia, pajúos!

domingo, 28 de marzo de 2010

¡A leer, chigüires del Play Station!

Dijo un veguero en nuestra natal Barinas que los precandidatos a diputados nos lanzamos al agua como chigüires a una laguneta. Ha sido verdaderamente una estampida grandiosa de gente que, abiertas las compuertas de participación y democracia por el Comandante Presidente, ha corrido a inscribirse como flamantes aspirantes a encamburarse. Pero, para decirlo bíblicamente, “de todo hay en la Villa del Señor”.

Fuimos presurosos a la convocatoria que nos hizo Chávez al TTC para que se nos diera letra en torno a la importancia política, cuantitativa y cualitativa, del tamaño reto que habíamos asumido. Así, fue un verdadero gusto encontrarnos con hombres y mujeres de probadas capacidades intelectuales y morales que hacían la cola para acreditarse y después ingresar al teatro, pero una que otra vez nos topamos con gente que, verdaderamente, están ideopolíticamente más extraviadas que Mandinga en un convento.

Por ejemplo un mofletudo señor, blackberry en mano y atavío integral de Tommy Hilfiger, se desguañangaba diciendo a sus casuales interlocutores de la cola, que lanzaba su aspiración desde el estado X, para promover un crecimiento económico que llenara de centros comerciales a sus comarcas, mediando ¡válgame Dios!, el financiamiento del Estado para la instalación de franquicias. Otras señoras, unas más que menos agraciadas, apenas podían hablar debido al encorsetamiento que les generaba el body Miranda que prolijamente venden las mismas empresas que en Medellín financian a las narcoparacas Autodefensas Unidas de Colombia. Sus vestiduras y afeites daban cuenta de una genuflexa adhesión a la sociedad de consumo que con tanto ahínco combatimos y sus alhajas, como por ejemplo anillos en ¡los 10 dedos de la mano!, nos recordaban que aunque el hábito no hace al monje, definitivamente sí lo distingue.

Pero la aceituna del martini la advertimos como peligro mayor cuando el Comandante Presidente escuchó a una candidata a diputada de nuestro Oriente que al ser inquirida en torno a su aspiración, se trabó en un galimatías de larga extensión donde tuvo la nada envidiable capacidad de no decir absolutamente nada. El Presidente, con toda la caballerosidad del mundo pero de seguro abochornado por la panfletaria y vacua intervención, dijo que “había que leer”, que la coherencia era importante y que el discurso debía ser una línea recta entre dos puntos. Pena ajena, pena partidista, sentimos.

Y es que el discurso consignero y panfletario evidencia la carencia de aprendizaje por parte de quienes son o pretenden ser líderes en nuestro proceso político. Cuando no le escanciamos al cerebro los prolijos saberes del acervo del pensamiento socialista mundial, definitivamente la boca dará cuenta de la pobreza de nuestras ideas. Y si, más aun, lo que le echamos al coco es basura televisiva, comida chatarra mediática lista para untar, el resultado es un discurso pleno de paja pura y dura. Por eso algunos suspiros de dolor revolucionario damos cuando nos encontramos a “dirigentes”, muchos de ellos profesores universitarios, que alquilan en los tarantines hasta quince películas de la miasma hollywodiana para embutírselas en tan solo un fin de semana. Fin de mundo.

También es lamentablemente común advertir la pobre argumentación de quienes dicen “no tener tiempo para leer” presos del tareismo y el dulce manguareo entre el chateo y el faceboock. No toman en cuenta los pazguatos el ejemplo de un hombre que percibimos muy, pero muy ocupado: el Comandante Chávez. Este hombre dialéctico, progresivo y visionario cada día se densifica en discurso y acción gracias a las lecturas que acomete con una feroz hambre intelectual. Ni se diga del caballo Fidel Castro: cuenta el Nobel Gabriel García Márquez que horas después de haberle entregado el manuscrito de la novela “El amor en los tiempos del cólera” al comandante, recibió de este profusas, detalladas y argumentadas correcciones que daban cuenta de un saber enciclopédico. Y ¿cómo hacen estos gigantes para saber tanto si están tan ocupados? ¿Viendo Globovisión? ¡Qué va pana burda!

Hay, en general, tres fuentes de saber: una son los viajes, a los cuales no todos tenemos acceso; otra es la lectura y andar y conversar con gente que sepa. Pero detrás, previo a todo esto, debe estar la convicción de que nuestro futuro y el de la Patria estará definido por la Batallas de las Ideas, por esa munición de conocimientos que alberguemos en el coco, listos para dispararla contra el capitalismo, que es la más acabada y estructurada forma de democratizar la ignorancia. Y huelga decir que a este combate no podemos ir sin conocer la “o” por lo redonda.
Y si usted es uno de esos que aún después de viejo se pega a los combates chimbos del Play Station, sepa que no va para ningún baile, porque la Revolución es ser, saber y actuar. Así que, colegas chigüires, ¡a leer porque la Revolución nos lo exige!

La ·Tercera Vía" de Wilmer Azuaje es la tercera metida de pata

Como un acto de patético extravío político calificamos el muy reciente pregón del político barinés Wilmer Azuaje donde se adhiere a la desvencijada tesis de la Tercera Vía de Tony Blair. No sabemos si llorar o reír con esta absurda declaración,: el diputado Wilmer Azuaje, en vez de defender los más caros intereses de la sociedad barinesa, salta como mono con pulgas de una acera política a la otra, cambia de discurso como quien cambia de camisa y al levantarse en la mañana dice “buenas noches” nada más con el propósito de meter la primera mentira del día.

La Tercera Vía del exprimer ministro británico Tony Blair, y que hoy asume Wilmer Azuaje como quien descubre el agua tibia, es un carro chocado en la chivera de las ideas políticas. La tercera vía no era ni chicha ni limonada; ni masa ni mazamorra: era un revoltillo con lo peorcito del capitalismo disfrazado de socialismo y como tal fue rechazada. Wilmer Azuaje debería ponerse a leer, a estudiar o cuando menos debiera asesorarse con gente que conozca teoría política. Así no haría el ridículo que hoy presenciamo.

LAS VERDADERAS TRES VIAS DE AZUAJE
La tres vías de Azuaje son tres barrancos políticos en realidad: La primera fue cuando se disfrazó de revolucionario y fue repudiado por el pueblo; la segunda la constituyen sus intentos por ingresar a las filas de oposición, siendo rebotado como traidor y la tercera es la actual: comportarse como un saltimbanqui de la politiquería que no haya de qué palo ahorcarse y ponerse a dar lástima pregonando tesis políticas anacrónicas y fracasadas. Definitivamente, Wilmer Azuaje con sus tres vías, quedó “como chiva que pare tres".

RESEÑADA POR MEDIOS: Ataques contra el Gobernador demuestran fracaso oligarca

Para Pedro Gerardo Nieves, presidente del Consejo de Comunicadores Socialistas del Estado Barinas, los ataques contra el Gobernador comprueban palmariamente que los latifundistas- oligarcas barineses fracasan en sus intentos de tomar espacios políticos. Por eso plañideramente se desmadran en declaraciones calumniosas sin orden ni concierto cuyo fin es sembrar confusión en cualquier infeliz que lea o escuche sus cotorras intrascendentes, sostiene.

Apunta el comunicador que las declaraciones recientes de Gustavo Mora tienen un amargo sabor a tango de arrabal. “Cuesta abajo en su rodada, el plutócrata barinés pretende surfear sobre las matrices comunicacionales generadas con motivo de la rápidamente sofocada crisis bancaria, pero está más enreda'o que un gato en un mosquitero”.

“Las viudas de los banqueros corruptos de la IV República, que fueron premiados con jugosos auxilios financieros por parte del Gobierno de Rafael Caldera no pueden tolerar que el Gobierno Bolivariano haya mandado a la cárcel a los banqueros involucrados, haya recuperado sus dudosas propiedades y le haya entregado a los ahorristas los churupos que pretendían esquilmarles”. Durante el reinado adecopeyano las crisis bancarias eran corruptamentemente resueltas entregando boloñas de plata a los banqueros para que huyeran del país; ¿y los ahorristas? quedaban en la carraplana, afirma Nieves.

Las hayacas, el Niño Jesús y los estrenos de los ahorristas hoy están garantizados en efectivo por un Gobierno que tiene compromisos sólo con el pueblo. “Ya lo escribían Marx y Engels en el Manifiesto Comunista, que los gobiernos de las democracias burguesas se convierten en Consejos de Administración de las clases opresoras. Hoy, cuando construimos una Revolución Popular, el compromiso es con el pueblo, actor histórico que hoy asume el protagonismo”.

A Gustavo Mora lo podemos mandar a llorar al Valle, dice Nieves. Puede lamentarse de que sus financistas estén presos y cacarear su amarga derrota. “Pueden inventar mil calumnias contra Chávez y nuestro gobernador, pueden decir que aquí viene el Apocalipsis, pueden pedirle la renuncia al Papa y pueden decir misa, si quieren. Pero mientras no entiendan que aquí gobierna el pueblo, van a quedar en el aire acondicionado de las panaderías donde hacen política, más aburridos que una pulga en un peluche”.

Jocosamente finaliza Nieves diciendo que “los banqueros corruptos que financiaban a Gustavo Mora y demás lacayos de la oligarquía aplicaban el principio que irónicamente postulaba el dramaturgo Bertolt Bretch: “¿Para qué robar un banco si podemos fundar uno?”.